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Polvorones de chocolate y avellanas



No podía faltar en nuestro apartado de dulces típicos navideños nuestro delicioso y tradicional polvorón.
Un dulce muy conocido por todos que llega a nuestras mesas para endulzar las fiestas. 
Su procedencia, en su mayoría, es de nuestro querido y vecino pueblo de Antequera.
Durante unos días me estuve informando ya que tenía mis dudas en cuanto a la procedencia de este dulce y su diferencia con nuestros apreciados mantecados.
Después de días de informarme por las redes y preguntar a amigas, paso a relataros lo que yo saqué en claro...quieres saberlo?
Según Wikipedia, esta magnífica enciclopedia que podemos encontrar por la red, las diferencias son mínimas:
Sus orígenes se remontan al siglo XVI, concretamente en Andalucía. Unos dicen que nació en Estepa, otros que en Antequera, yo no voy a entrar en polémicas y lo dejó ahí, en su procedencia andaluza.
Su consumo, al parecer, se debió a un excedente de harina y manteca que había en aquellos momentos en la zona.
En la elaboración del mantecado se utiliza la manteca de vaca o cerdo (de ahí un poco su nombre) la harina y el azúcar como principales componentes, también lleva algo de canela y ajonjolí.
El polvorón es una especialidad incluida dentro de los mantecados. 
La composición del polvorón es prácticamente la misma, pero éste siempre lleva almendras en diferentes proporciones y puede llevar otros aditivos, tales como el coco, avellanas, limón, chocolate, etc... para crear diferentes texturas y sabores.
También se diferencia en que la harina de los mantecados va cruda y en los polvorones se tuesta, un poco, previamente a su elaboración. Así que esa es, según me dijeron amigas bloggers, la principal diferencia entre ambos.
Además los polvorones son alargados y van espolvoreados con azúcar glas, mientras que los mantecados son redondos y llevan ajonjolí por encima.
Por supuesto que "cada maestrillo tiene su librillo" y seguro que hay alguien que no está de acuerdo con esto, como ya os digo, esta es la información que yo saqué en claro y por eso quiero compartir con vosotros.
Para hacer estos (mis primeros) polvorones me traslade al pasado, a mi infancia, y recordé la caja de mantecados y polvorones surtidos que mi madre solía comprar en estas fechas. Por supuesto era de una muy conocida firma antequerana por ser vecinos nuestros.
Recuerdo con nostalgia y añoranza las Navidades pasadas en mi infancia, donde todo era alegría e ilusión y donde no habían ricas viandas, pero el espíritu navideño se respiraba en todos los rincones de la casa y traspasaba hasta los umbrales.
A mí no me gustaban mucho los polvorones, debo reconocerlo, yo me lanzaba al vacío por pillar un rosco o un alfajor de aquella caja surtida. Cuando ya no quedaba de estos si que me comía algún que otro polvorón, pero pocos, tengo que reconocerlo. 
Mis favoritos eran los de coco y los de chocolate, por eso quise, a modo de homenaje, hacer mis primeros polvorones de chocolate... para recordar tiempos pasados, tiempos de paz, de alegría e ilusión!!!!

NOTA ADICIONAL:
Esta receta la publiqué el año pasado, pero ya sabéis que se eliminaron varias del blog por un fallo, esta vez humano. Ésta fue una de ellas, así que, aprovecho estas fechas para editarla y publicarla de nuevo. 



Ingredientes:

Hice poca cantidad para probar la receta, los hice pequeños y salieron algo más de 40. Si queréis más duplicais cantidades.
  • 500 gramos de harina previamente tostada
  • 250/300 gramos de manteca de cerdo (si con 250 la veis demasiado arenosa ponéis algo más)
  • 250 gramos de azúcar molida
  • 100 gramos de avellanas
  • 30 /40 gramos cacao puro Valor (con 40 gr. tiene un sabor intenso)
  • 1 cucharadita de canela molida
  • Azúcar molida para espolvorear




Elaboración:

Os dejo un pequeño paso a paso en fotos, no están todas, pero os ayudará a haceros una idea.

Recomiendo tener dos o más bandejas de horno.

Tostamos ligeramente la harina. Para ello ponemos un papel vegetal encima de la bandeja de horno y ponemos la harina.

Llevamos la bandeja al horno previamente calentado a 180º. Yo puse calor arriba/abajo. Vamos removiendo con ayuda de una cuchara de silicona o una espátula. (foto 1)

La harina cogerá un color amarillento, señal de que está tostada, cuidado no se os queme.

Sacamos y dejamos enfriar. Una vez fría la tamizamos y quitamos los grumos que hayan podido quedar.

Trituramos las avellanas bien, pero sin pasarse. Las mías eran tostadas, si utilizáis crudas primero las tostamos un poco. Reservamos.

Trituramos el azúcar y reservamos también.

Se puede amasar  a mano pero yo, esta vez, utilicé mi robot de cocina con gancho amasador. (foto 2)

En un bol grande ponemos la manteca, el azúcar molido y la canela. Mezclamos todo bien con una espátula o en robot (foto 3)

Agregamos las avellanas molidas y el cacao. Seguimos mezclando con espátula o en robot. (foto 4)

Añadimos la harina cernida, poco a poco y vamos amasando con ayuda de las manos o del robot. (foto 5)

Hacemos dos bolas y envolvemos en papel film, llevamos unos minutos al frigorífico.

Si veis que la masa queda demasiado arenosa y que no se pega bien, poneis algo más de manteca.


Ahora vamos a formar nuestros mantecados:

Esta vez utilicé la misma técnica que utilizo con las galletas.

Ponemos un trozo de la masa sobre una hoja de papel vegetal.

Tapamos con otra hoja de papel y pasamos el rodillo por encima. Un trukillo para que queden de igual tamaño es poner a los lados dos "palitos" de la misma medida, 1´50 o 2 cm, si no tenéis de esa medida poned dos libros.
Los libros no se ensucian ni la masa los toca porque tendremos un papel encima. (foto 6)


Con ayuda de un cortapastas circular vamos cortando porciones. Los restos vamos guardando, luego estiramos y cortamos de nuevo. (foto 7)

Le damos forma ovalada ayudándonos sólo de nuestros dedos. ( foto 8)

Ponemos en una bandeja de horno con papel vegetal. (foto 9)

Llevamos al horno, previamente calentado a 160º con calor arriba y abajo, durante unos 7/8 minutos. Este paso siempre dependiendo de las prestaciones de nuestro horno. (foto 10)

Al ser una masa oscura no veremos el ligero tono tostado que suelen coger, tened cuidado con este dato y que no se os quemen. 

Al sacar están tiernos, pero endurecen al enfriar, no intentéis sacarlos inmediatamente de la bandeja porque se romperán... dejadlos enfriar en ella.

Una vez fríos ponemos sobre un rejilla metálica y espolvoreamos con azúcar molida. (foto 11)


Ya tenemos listos unos exquisitos y tradicionales polvorones navideños de chocolate y avellanas.


Que las tradiciones, la magia y la ilusión no faltan en nuestras mesas... Feliz Navidad amigos!!!



Comentarios

  1. Hace mucho que no hago polvorones ni mantecados, y mira que es fácil hacerlos en casa... pero no sé, me dio un poco de pereza, o lo mismo es porque me los acabo comiendo xD y no me conviene... que buena pinta tienen estos que nos traes...

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  2. Se ven de lo mas ricos estos polvorones. Un besazo

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  3. Hola Choni!!
    Me ha encantado esta entrada, he aprendido cosas nuevas de los polvorones y mantecados, y como yo sí me lo creo, lo pondré en práctica.
    Pensaba que en ambos se utilizaba la harina tostada ¡qué alegría me has dado! Porque una vez los hice sin tostar y la gente me preguntaba en el blog si no había tostado la harina. Y quedaron bien ricos!!.
    Estos polvorones de avellanas te han quedado de fábula. Con lo cara que va la almendra me parece una opción fantástica.
    Feliz día

    ResponderEliminar

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