Paletilla de cordero asada con tomillo

En unas fechas tan señaladas es tradicional comer el cordero de pascua el día de Resurrección.

Este año y con la crisis que estamos pasando, sé que en muchos hogares no pudo ser así. Yo tuve la suerte de que me regalaron una paletilla y la guardé pensando en este día.

Y es que lo reconozco... para según que cosas, soy muy tradicional!!
Me encanta el cordero elabora de todas formas, pero como más me gusta es así, simplemente asado y aderezado con alguna que otra especia e hierba aromática de las que suelo tener plantada en la terraza.

Como acompañante puse unas patatas blancas pequeñas y muy tiernas, fritas con la piel incluida y unos ricos champiñones, que elaboré en la misma salsa que desprendió el asado y que resultaron todo un éxito.

Con esta recetilla pusimos punto final a esta semana de pasión, de fervor, de tradición, de fe y de cultura, que este año se vio ensombrecida por culpa de las inclemencias del tiempo... que le vamos a hacer!!!

Por lo menos, espero que muchos aprovecharan las vacaciones para disfrutar de un merecido descanso, de la familia y de la paz del hogar.

Ingredientes:

• 1 paletilla de cordero
• 4 o 5 dientes de ajos
• Un ramillete de tomillo fresco (o seco)
• Unas hojas de laurel
• Un poco de manteca de cerdo para untar la paletilla
• Una copita de vino blanco seco
• Un vaso de agua
• Pimienta 
• Sal
• Patatas blancas pequeñas para guarnición
• Unos champiñones laminados para guarnición
• Aceite de oliva virgen para freír las patatas

Elaboración:

Lo primero será lavar bien la carne y marinar. Yo lo hago la noche antes y así la carne coge más sabor.

Ponemos la paletilla en una fuente de horno y la untamos la con un poco de manteca blanca de cerdo, o si lo prefieres con aceite de oliva.

En un mortero ponemos los ajos, la sal y el tomillo fresco, machacamos un poco para que el ajo suelte su jugo y con este majado untamos la paletilla.

Añadimos algo más de sal y la pimienta a gusto.

Como ya digo es mejor hacer esto la noche antes, o bien unas horas antes de hornear.

En el momento de llevar al horno, agregamos el vaso de agua, el laurel y la copa de vino blanco.

Llevamos al horno a 180º, calor arriba y abajo.

Recomiendo tapar con papel sulfurizado para evitar que se reseque, pero aún así, de vez en cuando hay que regarla con su propio jugo.

Si hiciese falta le añadimos algo más de agua y le damos la vuelta a media cocción.

Una vez veamos que está hecha la apartamos, sacamos del recipiente y dejamos enfriar un poco.

Ponemos el jugo sobrante de la cocción en una sartén y echamos los champiñones laminados, rectificamos de sal si fuese necesario.

Rehogamos un poco y apartamos una vez estén tiernos, recordad que los champiñones se hacen muy rápidos y si se pasan mucho se deshidratan y resecan.

Mientras se hacen los champiñones lavamos muy bien las patatas, secamos, cortamos en gajos grandes y freímos en abundante aceite caliente.

Cortamos la paletilla en laminas y servimos acompañada de las patatas y los champiñones.

Acompañado de una copa de buen vino tinto es una verdadera delicia... os lo aseguro!!!