Cocina compartida

Nuevamente compartimos una recetilla de mermelada, esta vez la elegida es la de higos negros. El verano es la época donde podemos encontrar más variedad de fruta fresca en el mercado y este ha sido el año de mi encuentro con ellas. El año de mi descubrimiento de las mermeladas caseras, tan ricas, tan nutritivas, tan fáciles de elaborar y tan económicas también. He probado muchas, algunas ya hemos publicado, pero de todas, todas, si me dan a escoger, esta seria la favorita... y la de mi marido también!!!

Dice el refrán que uvas y queso... saben a beso!!! Yo tuve la oportunidad de comprobarlo días pasados y puedo testimoniar que es verdaderamente correcta esa afirmación. Este postre salió de uno de esos momento de prisas en los que resulta que tienes que hacer algo y no tienes tiempo, crees que no vas a poder, incluso te agobias un poco... pero sin embargo, luego surgen cosas sencillas pero impresionantes, como esta deliciosa copa!!!

Hola amig@s: No, hoy no os traigo ninguna receta de cocina, hoy es algo más personal, algo importante para el ser humano en si mismo, pero a la vez, muy importante para las personas que conviven con nosotros. Hablo del uno de los valores en desuso, hablo de agradecimiento... de saber ser agradecido!!! A veces pensamos que las cosas nos las dan  por que si, porque nos las merecemos sin más, porque es obligación del prójimo o vaya usted a saber por que... y eso, queridos amigos, no es así!!! Si te dan algo, si comparten contigo algo de lo que tienen, algo suyo, te están haciendo un regalo y eso hay que saber  reconocerlo y agradecerlo. Hace unos días, una buen amiga mía y de muchos de vosotros también, me hizo un regalo, un regalo muy entrañable para mi. Como así lo reconozco y valoro yo, hoy, desde este rinconcillo tan particular y especial para mi, quiero agradecérselo públicamente. Mari Ángeles Sanchez Serrano, es una amiga que conocí por estos locos mundos de Dios. Comparto con ella

 Volvemos hoy con una nueva ensalada, una de las muchas que solemos tomar por aquí en verano.  Y es que el pez volador o los "volaores", como comúnmente se conoce a estos peces, pertenecientes a la familia de los exocetidos, es un pez que sólo se conoce de su captura y posterior salazón, por esta zona y en este tiempo. Todos los veranos podemos disfrutar de este rico manjar para nuestro genuino paladar, desde Julio hasta Septiembre, aunque cada vez menos, esa es la verdad.

Esta es una recetilla que elaboré hace un tiempo y que, por falta de este, me fue imposible publicar. La hice siguiendo las instrucciones de mi heladera y la verdad es que quedó muy rica. Francamente creo que mi familia debe estar en deuda con el blog. Gracias a él y a mis ansias de aprender, durante el corto espacio de tiempo que tiene desde su nacimiento, ha aportado mucho a mis escasos conocimientos culinarios y hemos disfrutado mucho elaborando, incluso "inventando" y saboreando, ricas recetas que eran desconocidas en casa.

Hace poco más de un año a través de unos amigos comunes, mi hijo pequeño conoció a una familia que veraneaba por aquí desde hace muchos años. Ellos son de Utrera (Sevilla),  tienen un apartamento aquí, en la playa, y suelen venir a menudo. Pronto entablaron amistad los niños y poco a poco, esa misma amistad, trajo de la mano al cariño. Primero creo que fue mi peque quien me pidió permiso para quedarse en su casa, luego Marcos, uno de los hijos, empezó a quedarse en la nuestra, y así fue ampliándose el cerco.

En mi pueblo no había ni un solo  bar, todavía quedan algunos, donde no se pudiese degustar este rico aperitivo... como recuerdo de las famosas tapitas del bar!!!! El pulpo, como ya os comenté en otra ocasión, suelen pescarlo aquí en esta zona del litoral malagueño, pero la mayoría de la captura lo exportan, quedándose aquí, para consumo propio, las piezas más pequeñas. Aun así, todavía podemos encontrarlos habitualmente en los mercados y las pescaderías  del pueblo y podemos disfrutarlo en ricas ensaladas como esta.