Hace ya unos años que descubrí el sabor de este delicioso helado de avellanas en una heladería italiana que abrieron en el paseo marítimo y desde entonces es uno de nuestros favoritos.
Desde que compré mi heladera supe que uno de los helados que primero haría sería éste, y luego, no sé por que, se fue quedando atrás.
Este verano ha sido un "pelín" complicado, ya lo sabéis, no estaba yo por hacer mucho "inventos"; tenía poco tiempo y pocas ganas, lo reconozco. Ha sido un verano de muy pocos helados y por eso quise hacer el de avellanas... porque se lo había prometido a mi peque!!!
Pero no creáis que lo hice sólo para él, a la vez me dí un merecido premio a mi misma, porque los frutos secos me encantan y además lo hice sin lactosa. Gracias a nuestros amigos de Kaiku, y a su linea morada, por fin podemos disfrutar de estos pequeños placeres.
Como ya digo, es uno de los helados favoritos de mi peque y también de mi hijo David, por desgracia él está muy lejos y no pudo probarlo... pero prometo repetirlo cuando vuelva!!!
Los helados caseros son una buena y refrescante forma de alimentarnos y alimentar a los nuestros, sobretodo en la temporada estival por las altas temperaturas que alcanzamos, pero podemos tomarlos en cualquier época del año. Nos refrescan e hidratan, aportan proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales, sobre todo es una buena fuente de calcio, pues están elaborados con leche, yogurt o nata.
El mito de que engordan en parte es cierto, llevan azucares y grasas, pero no engorda más que cualquier otro tipo de postre si los tomamos con moderación.
Dicen que comer helados nos hace un poco más felices, porque alguno de sus componentes producen endorfinas, la famosa hormona del placer.
Con todas estas ventajas... quien se resiste a ellos señores???
Ingredientes:
- 200 gramos de nata sin lactosa (uso Kaiku)
- 200 ml. de leche sin lactosa (uso Kaiku)
- 50 gramos de azúcar glas o pulverizada
- 1 sobre de azúcar vainillado
- 1 cucharada de miel
- 3 yemas de huevo
- 50 gramos de avellanas
- 2 cucharadas de licor de avellanas (exento de lactosa y gluten)
Elaboración en heladera:
La elaboración es prácticamente la misma que utilicé para el helado de pasa y vino moscatel.
Lo primero ya sabéis que será meter el recipiente de la heladera en el congelador durante al menos 24 horas.
Trituramos las avellanas con ayuda de un robot y reservamos.
Trituramos las avellanas con ayuda de un robot y reservamos.
Lo siguiente será pulverizar el azúcar también con ayuda de algún robot de cocina.
En un bol ponemos las yemas de huevo junto con el azúcar glas.Con ayuda de varillas, eléctricas o manuales, batimos unos minutos hasta que la mezcla se vuelva pálida y un poco espumosa.
En un cazo ponemos la leche con la mitad de la nata y la cucharada de miel. La miel ayuda a que el helado no cristalice.
Llevamos al fuego hasta que casi hierva, mejor fuego medio. Apartamos del fuego, agregamos al bol que contiene la mezcla de yemas y azúcar y removemos hasta integrar todo.
Ponemos el bol sobre un cazo con agua hirviendo, al baño María, removemos sin parar y sin dejar que hierva. Una vez obtengamos una crema suave apartamos.
En un bol grande (el rojo) ponemos agua con hielo y dentro de éste el otro bol con la mezcla. Dejamos enfriar removiendo.
Montamos el resto de la nata, con el azúcar vainillado, como tengamos costumbre. Recordad que montará mejor si está muy fría y el recipiente también. Reservamos en el frigorífico.
Una vez esté fría la crema añadimos dos cucharadas de licor y las avellanas trituradas, removemos para integrar todas las avellanas.
Llevamos al congelador, tapado con papel fílm, durante unas tres horas.
Pasadas esas tres horas sacamos del congelador y añadimos la nata montada reservada, removiendo con suaves movimientos envolventes hasta conseguir una mezcla homogénea. (Esta foto se me olvidó)
Sacamos la cubitera del frigorífico, la ponemos en la heladera y ponemos en funcionamiento. Añadimos la mezcla por el bocal respetando el tiempo de mezclado puesto en el manual de instrucciones.
Transcurrido este tiempo estará listo nuestro helado, sacamos de la heladera y ponemos en el recipiente elegido, podemos tomarlo ya o bien guardarlo en el congelador tapado con papel film, hasta el momento de tomar.
No hace falta deciros que está delicioso...verdad que se ve apetecible?
Elaboración a modo tradicional:
La elaboración sin heladera es prácticamente la misma, sólo cambia la parte final.
Trituramos las avellanas con ayuda de un robot y reservamos.
Volvemos a llevar al congelador tapada con papel film, mejor si es en un recipiente de acero o aluminio, durante al menos una hora.
Sacamos del congelador transcurrida esa hora y removemos para evitar que cristalice.
Llevamos de nuevo al congelador y repetimos este paso al menos tres veces, o sea, sacamos cada hora, removemos y volvemos a meterlo, así por tres veces consecutivas.
Transcurrido este tiempo estará listo nuestro helado, podemos tomarlo ya o bien guardarlo en el congelador hasta el momento de tomar.
Vamos, no esperes para elaborarlo... todavía hace buen tiempo y se apetecen!!!
Llevamos al fuego hasta que casi hierva, mejor fuego medio. Apartamos del fuego, agregamos al bol que contiene la mezcla de yemas y azúcar y removemos hasta integrar todo.
Ponemos el bol sobre un cazo con agua hirviendo, al baño María, removemos sin parar y sin dejar que hierva. Una vez obtengamos una crema suave apartamos.
En un bol grande (el rojo) ponemos agua con hielo y dentro de éste el otro bol con la mezcla. Dejamos enfriar removiendo.
Montamos el resto de la nata, con el azúcar vainillado, como tengamos costumbre. Recordad que montará mejor si está muy fría y el recipiente también. Reservamos en el frigorífico.
Una vez esté fría la crema añadimos dos cucharadas de licor y las avellanas trituradas, removemos para integrar todas las avellanas.
Llevamos al congelador, tapado con papel fílm, durante unas tres horas.
Pasadas esas tres horas sacamos del congelador y añadimos la nata montada reservada, removiendo con suaves movimientos envolventes hasta conseguir una mezcla homogénea. (Esta foto se me olvidó)
Sacamos la cubitera del frigorífico, la ponemos en la heladera y ponemos en funcionamiento. Añadimos la mezcla por el bocal respetando el tiempo de mezclado puesto en el manual de instrucciones.
Transcurrido este tiempo estará listo nuestro helado, sacamos de la heladera y ponemos en el recipiente elegido, podemos tomarlo ya o bien guardarlo en el congelador tapado con papel film, hasta el momento de tomar.
Elaboración a modo tradicional:
La elaboración sin heladera es prácticamente la misma, sólo cambia la parte final.
Trituramos las avellanas con ayuda de un robot y reservamos.
Lo siguiente será pulverizar el azúcar también con ayuda de algun robot de cocina.
En un bol ponemos las yemas de huevo junto con el azúcar glas.Con ayuda de varillas, eléctricas o manuales, batimos unos minutos hasta que la mezcla se vuelva pálida y un poco espumosa.
En un cazo ponemos la leche con la mitad de la nata y la cucharada de miel. La miel ayuda a que el helado no cristalice.
Llevamos al fuego hasta que casi hierva, mejor fuego medio. Apartamos del fuego, agregamos al bol que contiene la mezcla de yemas y azúcar y removemos hasta integrar todo.
Ponemos el bol sobre un cazo con agua hirviendo, al baño Maria, removemos sin parar y sin dejar que hierva. Una vez obtengamos una crema suave apartamos.
En un bol grande (el rojo) ponemos agua con hielo y dentro de éste el otro bol con la mezcla. Dejamos enfriar removiendo.
Montamos el resto de la nata, con el azúcar vainillado, como tengamos costumbre. Recordad que montará mejor si está muy fría y el recipiente también. Reservamos en el frigorífico.
Una vez esté fría la crema añadimos dos cucharadas de licor y las avellanas trituradas, removemos para integrar todas las avellanas.
Llevamos al congelador, tapado con papel film, durante unas tres horas.
Pasadas esas tres horas sacamos del congelador y añadimos la nata montada reservada, removiendo con suaves movimientos envolventes hasta conseguir una mezcla homogénea. (Esta foto se me olvidó)
Ponemos el bol sobre un cazo con agua hirviendo, al baño Maria, removemos sin parar y sin dejar que hierva. Una vez obtengamos una crema suave apartamos.
En un bol grande (el rojo) ponemos agua con hielo y dentro de éste el otro bol con la mezcla. Dejamos enfriar removiendo.
Montamos el resto de la nata, con el azúcar vainillado, como tengamos costumbre. Recordad que montará mejor si está muy fría y el recipiente también. Reservamos en el frigorífico.
Una vez esté fría la crema añadimos dos cucharadas de licor y las avellanas trituradas, removemos para integrar todas las avellanas.
Llevamos al congelador, tapado con papel film, durante unas tres horas.
Pasadas esas tres horas sacamos del congelador y añadimos la nata montada reservada, removiendo con suaves movimientos envolventes hasta conseguir una mezcla homogénea. (Esta foto se me olvidó)
Ahora llega la parte diferente:
Volvemos a llevar al congelador tapada con papel film, mejor si es en un recipiente de acero o aluminio, durante al menos una hora.
Sacamos del congelador transcurrida esa hora y removemos para evitar que cristalice.
Llevamos de nuevo al congelador y repetimos este paso al menos tres veces, o sea, sacamos cada hora, removemos y volvemos a meterlo, así por tres veces consecutivas.
Transcurrido este tiempo estará listo nuestro helado, podemos tomarlo ya o bien guardarlo en el congelador hasta el momento de tomar.
Vamos, no esperes para elaborarlo... todavía hace buen tiempo y se apetecen!!!
Tiene que estar muy rico este helado... me pido una bola por lo menos Un beso!
ResponderEliminarRecetas de una gatita enamorada
El helado de tutti frutti es también uno de mis favoritos, pero el de avellanas no se queda atrás. Este te ha quedado de cine Choni y desde luego que aportan felicidad cuando te comes uno. Fíjate que con solo mirar para este ya tengo las endorfinas revolucionadas jejejeje.
ResponderEliminarBesines preciosa :)
Me a parecido real mente riquisimo.Besos!!
ResponderEliminarMe encantan los helados pero los caseros son mis preferidos!! Me quedo con esta delicia que me traes que no sé si me revolucionaré pero sí voy a disfrutar!! Un beso preciosa!!
ResponderEliminarQuerida Choni, se lo haré a mi hija que le apasiona la avellana, las fotos son una preciosidad!! y tú eres admirable y yo te admiro, bsss
ResponderEliminarQuerida Choni, si te digo que lo probé hace 30 años en Mallorca y casero. Lo hacía la madre de una amiga maestra. Desde entonces, lo pedía, pero no lo he hecho nunca. Repítelo con almendra, te encantará.
ResponderEliminarMe alegra verte tan activa, pero no me extraña, al contrario, me alegra porque eso demuestra que estás bien.
Yo hoy casi no he dormido, mil emociones por dentro. Pásate por mi Blog, hay algo para ti.
Muchos besos
Riquísimo sin duda ,el aspecto es inmejorable....y las fotos también .
ResponderEliminarEn casa los helados todo el año.
Un besito y disfruta del domingo.
Lourdes
Holaa Choni!!!! Qué rico helado, las fotos invitan a probarlo yaaa;))
ResponderEliminarMe guardo tu receta para probarlo ;)
Un abrazo y muyy feliz día :)
Tiene una pinta estupenda, Choni. Me apunto la receta.
ResponderEliminarBesos.
Un helado delicioso Choni, las avellanas me encantan y en forma de helado ummmmmmmmmmmmm!!!!! con almendras también es riquísimo, bueno si me pongo a denominar todos los que me gustan, no acabo de escribir en todo el día, jjaajaajajaajajaj las fotos entran por los ojos. Besitossss guapi.
ResponderEliminarYo la primera vez uqe lo probé fue en la thermo y buenísimo ehh, qué bueno te ha quedado y qué fotos
ResponderEliminarbesos
Madre mía... a mí los helados me hacen muuuuucho más feliz, te lo aseguro, y si son como este, no te digo nada :)
ResponderEliminarEl helado me ha encantado, pero las fotosssss, son demasié.
ResponderEliminarMe gusta verte tan dulce y tan movidita, espero que vaya bien todo.
Besotes gordos, mi niña y feliz semana.
Umm que delicia me encantan.los.helados caseros este no lo tengo.asi q me.la.guardo para prepararlo bssss
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