Parece que por fin se decidió a llegar el otoño y con él bajaron las temperaturas.
Para estos días de frío y lluvias nada mejor que una rica y calentita sopa, sobretodo cuando se tiene ese cuerpo cortado por culpa del resfriado, algo muy común con estos cambios de temperaturas.
El caldo de puchero es un plato muy conocido por aquí y muy socorrido, solemos elaborar grandes ollas y siempre procuramos guardar un poco en el frigorífico o congelador por ser un buen fondo de armario para elaborar otras deliciosas recetas.
Así que esa será nuestra comida de hoy. La tomaremos como sopa, le añadimos unos taquitos de jamón, huevo cocido, unos picatostes y su imprescindible matita de hierbabuena.
Es un caldo elaborado con carne, normalmente pollo, pavo, cerdo, ternera o bien una mezcla, también lleva tocino, garbanzos y verduras. Podemos tomarlo con arroz, con fideos, con verduras, elaborar una rica sopa castellana con él, o ésta, no menos deliciosa, sopa de picadillo.
La receta podéis verla si clickais aquí, pero si no tenéis a mano en este momento también podéis usar caldo envasado, por supuesto que no es igual que el que elaboramos en casa, pero si surge un imprevisto seguro que nos sacará de un apuro.
La elaboración de esta sopa es bien sencilla, ya que contamos con el caldo ya elaborado, bien casero o bien envasado, simplemente se trata de agregarle algún que otro ingrediente y darle un toque diferente a nuestro caldo.
Ingredientes:
- 1 tazón de caldo de puchero por persona (receta aquí)
- 1 o 2 huevos cocido duros
- 2 rebanadas de pan de pueblo (mejor si es de dos o tres días y sin gluten para intolerantes)
- Aceite de oliva virgen extra para freír el pan
- Unos taquitos de jamón serrano (o cocido)
- Unas ramita de hierbabuena (opcional)
La elaboración de esta sopa es bien sencilla, como ya dije antes.
Ponemos a cocer los huevos como tengamos costumbre, yo suelo ponerlos en agua fría y con un chorrito de vinagre porque dicen que así se pelan mejor.
Dejamos cocer unos minutos, hasta que calculemos que estarán duros, yo calculo que unos 8/10 minutos. Apartamos del agua y dejamos enfriar.
Troceamos en cuadraditos el pan y lo freímos en abundante aceite de oliva virgen extra. Normalmente es el aceite que yo suelo usar. Apartamos cuando esté dorado, en un plato con papel absorbente y reservamos.
Picamos en taquitos el jamón, bien sea serrano o cocido. Reservamos también.
A la hora de comer, ponemos un poco de pan, otro poco de jamón y otro de huevo cocido y picado en cada tazón o bol.
Añadimos el caldo que previamente habremos calentado y aromatizamos con una ramita de hierbabuena... esto es opcional, pero yo os lo aconsejo!!!
Tomamos recién apartada, caliente y antes de que se empape el pan, está mejor si el pan está crujiente.
No sólo quita el frío y sienta de maravilla cuando estamos "pochos"... es que hasta es capaz de resucitar a un muerto!!!
Esta es mi sopa preferida entre todas, sin lugar a dudas. Me resucita cuando estoy cansada, cuando estoy enferma, cuando he pasado muchos días fuera de casa y comiendo "porquerías", por la noche cuando hace frío, en fin, que para mí es la mejor.
ResponderEliminarSe ve de fabula.
Besos
simplemente deliciosa!!! me encanta la verdad!!!! esto es una pasada!!! y xa los dias frescos q estamos teniendo viene q ni pintado!!!
ResponderEliminarAquí en Sevilla hemos tenido 26º pero aún así apetecen estas sopas que sientan tan bien! Un besote
ResponderEliminarQue bien sienta una sopita como la tuya...levanta el ánimo a cualquiera !!!!
ResponderEliminarBesitos.
Mi debilidad !!!! creo que es uno los grandes placeres: en una tarde fría, con la manta por las piernas y tomarme un caldito. Nada mejor.
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