Si, ya se que que os ha extrañado que un bizcocho lleve calabacín, a mí me pasó igual la primera vez que lo vi en el libro.
El calabacín está muy rico en sopita, en revueltos o incluso asado... pero, en bizcochos?
Pues si, en los bizcochos también queda bien, le aporta jugosidad y nada de sabor, si no lo dices, seguro que nadie se lo imagina... o acaso lo imaginarias tu al verlo???
Esta receta ya estaba publicada con anterioridad, pero fue una de esas primeras receta que publiqué y que se perdieron las fotos del blog, todavía no se que pasó con ellas.
Como suelo hacerlo habitualmente, pues he pensado que era hora de actualizarlo para que lo conozcáis y disfrutéis.
No se en vuestra comunidad, pero aquí el día está nublado, muy ventoso y amenazando lluvia... el día ideal para hornear!!!
La receta está sacada de un libro de Thermomix, pero yo os dejo también la versión tradicional para los que no tenéis este robot de cocina.
Ingredientes:
- 150 gramos de azúcar
- 250 gramos de calabacín con piel (usé blanco pero da igual si es verde)
- 100 gramos de mantequilla sin sal (sin lactosa para intolerantes)
- 180 gramos de harina de repostería (puse mitad integral)
- La piel de un limón
- 3 huevos
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 sobre de levadura química
- 1 pellizco de sal
- Un puñado de pasas de Corinto (a gusto)
- Un puñado de nueces (a gusto)
- Un poco de brandy para macerar
- Unos dátiles sin hueso (puse 10)
Elaboración a modo tradicional:
Picamos las nueces, bien con un robot de cocina cualquiera o con un buen cuchillo y una poquita de "santa paciencia". Picamos también los dátiles y reservamos.
Escurrimos bien las pasas que previamente hemos tenido macerando en el brandy durante unas horas. Reservamos.
Pulverizamos el azúcar y la piel de limón, esto es mejor hacerlo con un robot de cocina, pero si no tenemos, rallamos la piel del limón y se lo agregamos al azúcar. Reservamos.
Cernimos la harina junto con la levadura . Reservamos.
Lavamos el calabacín y lo picamos en picadora eléctrica o bien lo rallamos con un rallador normal, pero que quede pequeñito. Reservamos también.
Una vez seguido todos estos pasos, ponemos en un bol los huevos, una pizca de sal y el azúcar junto con la ralladura de limón y batimos unos minutos.
Agregamos la mantequilla y seguimos batiendo hasta conseguir una mezcla cremosa.
Incorporamos el calabacín y volvemos a batir unos minutos. Le añadimos la canela.
Añadimos ahora la mezcla de harina cernida y levadura que teníamos reservada y mezclamos unos minutos más. Esta vez sin batidora, solo hay que mezclar.
Por último incorporamos las nueces, pasas y dátiles a la mezcla, con ayuda de una cuchara o espátula.
Untamos un molde con un poco de aceite o mantequilla y vertemos la preparación. Introducimos en el horno, previamente precalentado, a 180 º durante unos 40 minutos.
Yo suelo ponerlo en la rejilla del horno, un poco más abajo del centro y con calor sólo abajo, hasta que haya subido. Luego pongo calor arriba-abajo, pero claro, eso irá en función al tipo de horno que tengáis.
Sacamos una vez veamos que está cocido. Ya sabéis que para cercioraros lo mejor es pinchar con un palillo en el centro, si este sale seco, nuestro bizcocho está hecho.
Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla metálica.
Si guardamos dentro de una campana de cristal o dentro de una bolsa de plástico se mantendré suave y jugoso durante varios días.
En estas foto podéis observar que es cierto cuanto os digo... es muy suave y esponjoso!!!
Elaboración en Thermomix:
Ponemos las nueces en el vaso de la Thermomix y programamos 3 segundos / velocidad 4 (no deben quedar muy pequeñas). Reservamos.
Vertemos en el vaso el azúcar y la piel de limón y pulverizamos programando 30 segundos / velocidad 5-10 progresivamente.
Añadimos los calabacines lavados y troceados y programamos durante unos 10 segundo / en velocidad 5.
Incorporamos los huevos, la pizca de sal y la mantequilla y programamos 15 segundos / velocidad 6.
Bajamos los restos hacia la cuchilla, con ayuda de la espátula.
Agregamos ahora la harina, previamente cernida junto con la levadura y canela, programamos de nuevo 4 segundos / velocidad 2.
Sacamos el vaso de la máquina y añadimos las nueces y dátiles troceados y pasas que habremos macerado durante unas horas y escurrido un rato antes, removemos con ayuda de la espátula o de una cuchara.
Untamos un molde con un poco de aceite o mantequilla y vertemos la preparación. Introducimos en el horno, previamente precalentado, a 180 º durante unos 40 minutos.
Yo suelo ponerlo en la rejilla del horno, un poco más abajo del centro y con calor sólo abajo, hasta que haya subido. Luego pongo calor arriba-abajo, pero claro, eso irá siempre en función al tipo de horno que tengáis
Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Si guardamos dentro de una campana de cristal o dentro de una bolsa de plástico se mantendré suave y jugoso durante varios días. En las fotos del corte podéis observar lo suave y esponjoso que es.
Podéis tomarlo con café, leche o infusión, pero con una copita de vino dulce y leyendo un buen libro es como más me gusta disfrutarlo a mi.
Sacamos una vez veamos que está cocido. Ya sabéis que para cercioraros lo mejor es pinchar con un palillo en el centro, si este sale seco, nuestro bizcocho está hecho.
Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla metálica.
Si guardamos dentro de una campana de cristal o dentro de una bolsa de plástico se mantendré suave y jugoso durante varios días.
En estas foto podéis observar que es cierto cuanto os digo... es muy suave y esponjoso!!!
Elaboración en Thermomix:
Ponemos las nueces en el vaso de la Thermomix y programamos 3 segundos / velocidad 4 (no deben quedar muy pequeñas). Reservamos.
Vertemos en el vaso el azúcar y la piel de limón y pulverizamos programando 30 segundos / velocidad 5-10 progresivamente.
Añadimos los calabacines lavados y troceados y programamos durante unos 10 segundo / en velocidad 5.
Incorporamos los huevos, la pizca de sal y la mantequilla y programamos 15 segundos / velocidad 6.
Bajamos los restos hacia la cuchilla, con ayuda de la espátula.
Agregamos ahora la harina, previamente cernida junto con la levadura y canela, programamos de nuevo 4 segundos / velocidad 2.
Sacamos el vaso de la máquina y añadimos las nueces y dátiles troceados y pasas que habremos macerado durante unas horas y escurrido un rato antes, removemos con ayuda de la espátula o de una cuchara.
Untamos un molde con un poco de aceite o mantequilla y vertemos la preparación. Introducimos en el horno, previamente precalentado, a 180 º durante unos 40 minutos.
Yo suelo ponerlo en la rejilla del horno, un poco más abajo del centro y con calor sólo abajo, hasta que haya subido. Luego pongo calor arriba-abajo, pero claro, eso irá siempre en función al tipo de horno que tengáis
Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Si guardamos dentro de una campana de cristal o dentro de una bolsa de plástico se mantendré suave y jugoso durante varios días. En las fotos del corte podéis observar lo suave y esponjoso que es.
Podéis tomarlo con café, leche o infusión, pero con una copita de vino dulce y leyendo un buen libro es como más me gusta disfrutarlo a mi.
Adoro bolos com frutos secos,esse ficou fantástico
ResponderEliminarEssas duas fatias eram muito bem vindas para o meu lanche
bj
Que rico¡¡¡¡¡ se ve super esponjoso, me encanta, con tu permiso me llevo la receta
ResponderEliminarbesos
Preciosas fotos además de ser un bizcocho riquísimo, la verdad es que hay una cantidad increíble de verduras que casan muy bien con el dulce.
ResponderEliminarBesos
simplemente delicioso. me lo voy a apuntar para hacer si o si!!!! rico a mas no poder
ResponderEliminarTiene que estar delicioso con esa combinación de sabores que has puesto, la pinta es exquisita. Besosssss
ResponderEliminarTienes razón, sólo con leer calabacín en bizcocho parece que asusta, pero después...mmmmmhhh
ResponderEliminarGracias.
http://www.artemaderaolivo.com/
Uy qué buenísima pinta, este es para tenerlo muy muy en cuenta ehh
ResponderEliminarbesazos
Qué buena pinta!mi madre si ha hecho alguna vez bizcocho con calabacin y si queda muy rico. Tengo que probarlo. bsts!
ResponderEliminarLa primera vez que vi calabacín en una receta dulce, me extrañó un montón, y como soy muy de probar sabores y texturas e ingredientes extraños en los postres, para ver qué sabor les aporta, pues me lancé a la piscina a ver a qué sabía el calabacín en el bizcocho. La verdad es que me sorprendió un montón el sabor y la textura que le aporta. Riquísimo. Se ve en tu bizcocho que tiene que estar buenísimo y muy tierno, como me gustan los bizcochos. Me anotaré la receta para probarlo =)
ResponderEliminarUn besote! Pasa buen finde ^_^
Pues sí, la primera vez que hice un bizcocho de calabacín había más que dudas en el ambiente... nadie se fiaba un pelo de que eso estuviera bueno, y oye, triunfó. Rico y encima super sano!
ResponderEliminar¡Qué pasada de bizcocho!! sí que había visto alguna receta hecha con calabacín en libros de cocina pero hasta la fecha no la he probado a hacer, es mi asignatura pendiente junto con el pastel de zanahorias y la de cerveza negra (se me acumula la faena jiji).
ResponderEliminarTe ha quedado muy altote y con una pinta deliciosa. Me ha gustado mucho!!
Feliz semana guapa
Que combinación mas interesante....delicioso resultado, me ha encantado tu receta.
ResponderEliminarBesitos.
a mi me encantan los bizcochos de calabacín, pero no sé si a tí te ocurre lo mismo, al día siguiente de hacerlos están empapadísimos, casi casi incomestibles.... aún no sé el por qué, la verdad
ResponderEliminarNo Charo, a este no le pasa eso... este está suave y delicioso!!!
EliminarMe parece una receta muy original.
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