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Mantecados de aceite de oliva


En cuanto a gastronomía me reconozco una persona muy tradicional, más cuando hablamos de dulces típicos. Aunque no descarto nada y estoy abierta a nuevas opciones e ideas... siempre y cuando sean interesantes y viables.
Como bien su nombre indica, los mantecados son unos dulces navideños que se elaboran con manteca de cerdo.
Ya tenemos alguna que otra receta publicada con anterioridad en el blog pero, llevaba mucho tiempo queriendo probar a elaborar alguna con aceite de oliva virgen. No porque crea que la manteca es mala para la salud, ni mucho menos, yo soy de la opinión que todo alimento es sano si se toma en su justa medida...pero era otra opción, muy respetable tambien, y queria probarla!!!
Cuando llegó a mis manos este aceite y lo probé, supe que seria el indicado para mi nuevo "invento".
Puede que su variedad, la picual, no sea la más acertada en cuanto a su potente sabor, pero reconozco que me gustan los sabores intensos. Para suavizarlo puse un poco de canela molida y ralladura de limón.
El resultado ha sido excepcional... no me equivoque lo más mínimo... ha sido todo un acierto!!!


Y ahora es el momento de que os hable de las propiedades de este magnífico aceite y de sus fundadores:
Alzay Oleum.. un sabor de mil años!!!
Esta pequeña empresa nació hace solo tres años y es fruto del reencuentro de dos amigos, Francisco y Miguel.
Ambos jugaron de pequeños en las eras de Alcalá la Real, en la Sierra Sur de Jaén.
Por circunstancias de la vida Miguel y su familia tuvieron que emigrar muy lejos, a Suiza, pero nunca se olvidó de sus raíces, de su añorado oro líquido y, por supuesto, de su fraternal amigo Francisco.
Años más tarde volvieron a encontrarse y ahora comparten su pasión por el aceite de oliva virgen extra, lo cultivan y exportan.
Ya son tres cosechas con la de este año. La producida en noviembre de 2018 les ha dado un primer premio internacional y este mismo año el jurado de los premios ATHIOCC les ha concedido la medalla de plata en una ceremonia celebrada en Atenas.
Su aceite es un aceite de oliva virgen extra selecto. No porque lo diga una etiqueta o un análisis sensorial, lo es porque su producción es limitada y su cultivo es sostenible. Aunque la pasión y amor que ponen en todo su proceso son su mejor garantía.
Apenas son unas pocas hectáreas de tierras sembradas de olivos, pasadas de padres a hijos y de estos a nietos, como parte de un gran legado. Toda la sabiduría de los hombres del campo transmitida de generacion en generacion.
Desde muy temprano las aceitunas son recogidas por un pequeño grupo de hombres y mujeres, unidos por lazos de sangre y amistad, incluso los pequeños juegan por allí percibiendo, desde muy pequeños, el arraigo y el amor por su tierra.
Su cultivo reivindica los métodos de antaño, respetando el medio, pero sin perder de vista las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías. Trabajan duro y con ahínco para producir un aceite de oliva virgen extra de alta calidad.
Comienzan con el vareo de los olivos, la recogida manual de la aceituna, la extracción en frío en un molino familiar y el envasado en cristal opaco para preservar todas las cualidades del aove.


Alzay Oleum abarca dos variedades de la zona:
La variedad Lucio, cuyos olivos fueron arrancados durante años hasta casi la extinción y la variedad Picual, la hegemonía de la zona de Jaén y de gran parte de Andalucía.
En la variedad Lucio nos encontramos con un aceite muy fragante. Su sabor es suave y fresco, con notas dulces y untuosas.
En la variedad Picual encontramos un aceite con bastante cuerpo, muy potente. Tanto que, con una pequeña cantidad, hace notar su presencia en los platos. Por eso, este tipo de aceites es el favorito de consumidores que buscan un sabor a aceite muy puro y natural.
Quizás debería haber utilizado el Lucio para elaboración de los mantecados, ya que tengo la suerte de disponer de las dos variedades pero, como ya dije, me gustan los sabores intensos y por eso opté por el Picual.
Sea cual fuese tu elección, te aconsejo que los pruebes... y de paso pruebes mi receta... seguro que te va a gustar!


Ingredientes:
  • 500 gramos de harina de trigo normal (reservad algo más)
  • 200 gramos de aceite de oliva virgen extra (use picual de marca Alzay)
  • 200 gramos de azúcar molida
  • Ralladura de limón
  • Media cucharadita de canela (algo más si es tu gusto)
  • Semillas de sésamo o ajonjolí


Elaboración a modo tradicional:

Ponemos la harina en la bandeja del horno a fuego suave (unos 150 º) para secar un poco.
Iremos abriendo el horno y removiendo con una cuchara para que no se pegue.
Recuerda que se trata sólo de secar no de tostar.

Dejamos enfriar y reservamos. (foto 1)

Trituramos el azúcar y reservamos.

Cernimos la harina, si veis que la harina tiene grumos los aplastamos con las manos. (foto 2)

En un bol ponemos la harina cernida junto con el azúcar molido (foto3)

Añadimos la ralladura de limón y la canela (foto 4)

Agregamos el aceite de oliva virgen extra (foto 5)

Mezclamos todo con cuchara de palo o silicona (foto 6)


Para hacer los mantecados utilizo la misma técnica que con las galletas:

Una vez mezclado amasamos un poco con ayuda de las manos. (foto 7)

Hacemos dos bolas y envolvemos en papel film.
Llevamos al frigorífico durante una media hora para que enfrie el aceite porque del amasado habra cogido calor. ( foto 8)

Sacamos del frigorífico y ponemos un trozo de la masa sobre una hoja de papel vegetal. (foto 9)

Si ves que la masa se te pega al rodillo espolvorea éste con un poco de harina o pon otra hoja de papel encima de la masa y pasa en rodillo sobre él.

Una vez estirada la masa cortamos porciones con un cortapasta o con un simple vaso. (foto 10)

Ponemos papel vegetal en la bandeja, ponemos los mantecados y espolvoreamos con semillas de sésamo.

 Llevamos al horno previamente calentado a 160 grados (foto 11)


Yo prefiero hacer a fuego más lento, mi horno es muy potente y corro el riesgo de que se quemen por abajo, pero todo dependerá de las prestaciones de cada horno.

Los tiempo dependera tambien de cada horno, normalmente con unos diez minutos seran suficiente, pero aconsejo estar atentos, tienen que quedar dorados pero no quemarse.

Sacamos y dejamos enfriar un poco en su bandeja, es importante no tocar en caliente porque se deshacen.

Una vez estén fríos pasamos a una rejilla para que sigan enfriando. (foto 12)

Con estas cantidades salen más de cuarenta mantecados, eso sí, los hice pequeñitos y finos porque quería repartir. Si preferís más grandes o más gruesos os saldrán algunos menos.

Son muy tiernos y se conservan muy bien en una lata o bote hermético.


Elaboración en Thermomix:

Ponemos la harina en la bandeja del horno a fuego suave para secar un poco (unos 150º).

Iremos abriendo el horno y removiendo con una cuchara para que no se pegue,
Recordad que se trata solo de secar no de tostar. Dejamos enfriar y reservamos.

Poner el azúcar en el vaso y pulverizar. Serán apenas unos 10/ 15 segundos segundos en velocidad progresiva 7/10

Añadimos al vaso la harina previamente cernida sin grumos.

Agregamos el aceite, la ralladura de limón y la canela a gusto.

Amasamos 2 minutos velocidad espiga.

El resto del proceso es el mismo que a modo tradicional. Arriba puedes ver las fotos con el paso a paso.

Para hacer los mantecados utilizo la misma técnica que con las galletas:

Sacamos y hacemos dos bolas, envolvemos en papel film.

Llevamos al frigorífico durante una media hora para que enfrie el aceite porque del amasado habra ccgido calor.

Sacamos la masa del frigorífico y ponemos un trozo de la masa sobre una hoja de papel vegetal.

Si ves que la masa se te pega al rodillo espolvorear éste con un poco de harina o pon otra hoja de papel sobre la masa y pasa el rodillo por encima.

Una vez estirada la masa cortamos porciones con un cortapasta o con un simple vaso.

Ponemos papel vegetal en la bandeja, ponemos los mantecados y espolvoreamos con semillas de sésamo.

 Llevamos al horno previamente calentado a 160 grados.

Yo prefiero hacer a fuego más lento, mi horno es muy potente y corro el riesgo de que se quemen por abajo, pero todo dependerá de las prestaciones de cada horno.

Los tiempo dependera tambien de cada horno, normalmente con unos diez minutos seran suficiente, pero aconsejo estar atentos, tienen que quedar dorados pero no quemarse.

Sacamos y dejamos enfriar un poco en su bandeja, es importante no tocar en caliente porque se deshacen.

Una vez estén fríos pasamos a una rejilla para que sigan enfriando.


Con estas cantidades salen más de cuarenta mantecados, eso sí, los hice pequeñitos y finos porque quería repartir. Si preferís más grandes o más gruesos os saldrán algunos menos.

Son muy tiernos y se conservan muy bien en una lata o bote hermético.


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Comentarios

  1. Tienen que estar deliciosos, una gran idea utilizar este aceite para hacerlos. bsts

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  2. Una pinta increible!!besos

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  3. Hola de nuevo, encantada de poder visitarte ycon esas delicias de mantecados....cualquiera los compra,provaré de hacerlos que en casa van a alucinar.Un abrazo.

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