Cocina compartida

Nunca hasta ahora había hecho helados caseros, no creí que fuese tan fácil de elabora y a la vez tan exquisitos. Los helados son una buena forma de alimentar a los nuestros, a la vez que le deleitamos el paladar y sofocamos un poco el calor que sufrimos en estas fechas.  Ya sabéis que el plátano es rico en potasio y que éste tiene mucho que ver con el equilibrio de los líquidos de nuestro cuerpo, y en contra de lo que muchos creen, es una fruta que no engorda, precisamente por favorecer la eliminación de líquidos.

Esta es una de las recetillas preferida de mi marido e hijos, es tan fácil de elaborar que incluso les estoy enseñando a prepararla a ellos. Está elaborada con lomos de bacalao congelado al punto de sal. Un producto congelado del que ya otras veces os hablé y que vienen, como ya su nombre indica, con el punto justo de sal, por lo tanto no es necesario ponerlo en remojo. Aunque no soy una "enamorá" de los productos congelados, lo cierto es que a veces es necesario contar con ellos,  por si algun día o en cualquier momento nos surgiese algún imprevisto . 

Lo que hoy compartimos no es una receta en si misma, es más bien una sugerencia a la hora de comer pescado a la plancha... ahora, eso si, es una muy rica sugerencia!!! En estas fechas, cuando los termómetros alcanzan, como hoy, los 40º, nuestra gastronomía por fuerza tiene que cambiar. Dejamos atrás los ricos guisos y potajes, las recetas de cuchara, para dar paso a platos mas refrescantes, aunque, como éste por ejemplo, algunos perduren durante todo el año.

Tengo que reconocer que la heladera me ha "enamorao", estoy como una niña con juguete nuevo con mi nuevo "cachivache". También me picó la curiosidad y probé a elaborar los helados sin la famosa heladera. Hasta ahora, nunca había elaborado helados, granizados y sorbetes si, pero helados nunca. El resultado es igual de bueno, aunque tengo que reconocer, que con heladera es más cómodo.

Esta es mi  receta de helado de vainilla, un clásico de los de siempre. Ya sabéis que hace poco compré la heladera y estoy como niña con juguete nuevo con este aparatito. Por primera vez, creo, soy fiel a una receta y la elaboré tal y como viene en el libro de instrucciones de la máquina. El motivo es que aún  no me adaptaba del todo al nuevo "cachivache" y preferí no hacer experimentos hasta estar más familiarizada con él. Pero ya sí, ya le encontré el  famoso punto "G" al aparatillo en cuestión.

Estos días de verano, con tan poco tiempo libre, tantas cosas por hacer y tanta calor, no se apetece para nada encender el horno, verdad? ¿Pero a quien no le apetece tomar  un rico y fresquito postre?. .. ay pillines, a todos... ya lo sabia!!! Los albaricoques son una de mis frutas preferidas, las que son muy ácidas debo confesar que me gustan menos, por eso antes de que se vaya la temporada de ellos, que es muy corta por cierto, quise hacer este rico y nutritivo postre.

Hace mucho que andaba detrás de esta recetilla que hoy compartimos, una receta que siempre me hace evocar, sin querer, la parte más tierna y bonita de mi vida, mi infancia. Vivíamos en un barrio de gente humilde, por aquellos tiempos pocos privilegios teníamos, os  hablo de los años #sesentaytantos. Aún así, al ser todos iguales, no había celos, rivalidades, envidias ni nada parecido.  Eramos niños sanos, inocentes y realmente felices con lo poco, o quizás lo mucho, que teníamos.

Si seguimos así, mucho me temo que terminará la temporada de fresas y no podré publicar muchas de las recetas que me gustaría elaborar con esta deliciosa fruta. Así que esta noche voy a dejaros una recetilla muy simple, pero muy rica, se trata de un postre elaborado con fresas, que dicho sea de paso, es una de mis frutas preferidas.